Arqueología
ARQUEOLOGÍA, el tercer tomo del proyecto editorial RUTA VIVA, es una realidad que nos permitirá conocer, de manera única y diferente, expresiones de nuestra historia y cultura muy poco exploradas, presentes a lo largo de las 6 regiones que recorre la Carretera IIRSA Norte, desde Piura hasta Loreto.
El libro, que lleva el prólogo del reconocido historiador Federico Kauffmann Doig, fue presentado en el Museo de Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, ante distintas personalidades interesadas en la conservación y difusión del patrimonio cultural de nuestro país.
Heinz Plenge, autor de las fotografías del libro, e Iñigo Maneiro, a cargo de los textos y la edición resaltaron que Arqueología nos lleva a un viaje en el que no solo se hace una lista de la riqueza arqueológica sino que “nos envuelve en un recorrido geográfico que nos permitirá entender muchas de las características que actualmente nos rodean. El ser humano deja huellas, transforma el medio, crea nuevos paisajes y diversidad ecológica y en este recorrido podemos comprobar y conociendo a nuestros antepasados podemos aprender la sana convivencia que tenían con el medio ambiente”. Ambos recordaron que a lo largo de la ruta podemos apreciar cambios de paisaje, atravesando costa, sierra y selva, donde las condiciones climáticas hacen que cada lugar tenga características diferentes, que retaron a nuestros antepasados a adaptarse a los sitios que poco a poco iban ocupando.
Recorramos juntos una vez más la RUTA VIVA y llenémonos de esa mágica sensación de descubrir lo que tiene para nosotros.
Culturas Vivas
Estamos acostumbrados a dividir al Perú de manera muy simple: costa, sierra y selva, sin embargo, teniendo en cuenta la flora, la fauna y las comunidades humanas, podemos decir que nuestro país consta de 8 ecorregiones claramente diferenciadas.
Esta simpleza se debe, en parte, a la falta de vías de comunicación. No había formas de conocer Chala, Yunga, Quechua, Suri, Puna, Janca, Rupa rupa y Amazonía, que son los 8 pisos ecológicos en los que oportunamente dividió nuestro territorio el doctor Javier Pulgar Vidal.
Estas 8 ecorregiones, que van de occidente a oriente, están ahora enlazadas en el norte peruano a través de los 955 kilómetros de una carretera, la IIRSA Norte, que desafía territorios plurales y climas impensables con los que antes solo había desconexión.
El factor que más distingue y diferencia una región de otra, es quizás el dejo al hablar, el paso al caminar, el ruido de las cascadas, la intensidad del saludo, los relatos. Es la gente la que da al viajero la impresión de que surgen semillas de la tierra, al igual que los frutos de la misma.
En 955 km de recorrido por la IIRSA Norte nos hemos topado con personas que expresan su alegría, su confianza, su desagrado, su plenitud o su rabia con la pureza que nace en sus corazones. Si hay un elemento común a los habitantes de las 8 ecorregiones es que son auténticos.
Son 955 km de gente con un patrón cultural y humano que se enriquece y valoriza día a día, y vale la pena conocer.
Naturaleza
El Perú es aún desconocido para la mayoría de peruanos que por diversas razones hemos dado la espalda a la más importante característica del país: su riqueza natural. Sin embargo esta situación va cambiando porque tenemos acceso a diferentes sitios que nos permiten redescubrir directamente la imponente belleza natural que tenemos.
La carretera IIRSA Norte es una de esas vías que nos permite acceder a los encantos de 6 de las regiones norteñas y nos posibilita conocer toda esa majestuosidad de la naturaleza a flor de piel.
Por la IIRSA Norte partimos desde Lambayeque hacia los bosques de algarrobos en Pómac y hacia los increíbles museos de la Cultura Moche. Siguiendo hacia el norte, en Piura la Corriente Fría Peruana se junta con el mar tropical originando una abundancia de especies marinas propias, como las tortugas, con las que podemos nadar.
Desde Paita, siempre por la IIRSA Norte, inicie la subida a los Andes hasta llegar a la zona de los bosques: 65 millones de hectáreas de las más diversas clases de bosques. Recórralos, bosques con la mayor diversidad de aves, paraíso para los más prestigiosos observadores.
Aproveche y desvíe su paso para conocer por ejemplo, Chazuta, en San Martín. Hasta allí hoy se llega por una buena carretera que abre nuevas perspectivas para quienes viven a lo largo de las mismas. A los pueblos les llegan productos que antes no se consumían, lo que mejora la alimentación. Además el turismo abre caminos a nuevos emprendimientos: hoteles y restaurantes. Los campesinos de zonas como Chazuta comienzan a salir de la pobreza pues carreteras como la IIRSA Norte les permiten exportar sus productos a bajo costo.
El país requiere de accesos de calidad para que los peruanos más alejados se integren y reciban oportunidades de desarrollo.
Utilice la IIRSA Norte, de Paita a Yurimaguas, y conozca la naturaleza del país, ámela y luego será fácil actuar con ella responsablemente.